lunes, 7 de enero de 2013

Mis canas


                            "Las cicatrices nos recuerdan
                   que el pasado fue real"
 Dr. Lecter 


Nos vimos con Juve después de un mes de ausencia.
Lugar: La fondita de la Moctezuma. Menú: Caldo con brocolí, spaguetti y Lomo de cerdo en crema de queso.
Es bueno reencontrarse con gente que te quiere bien. Un abrazo cuando te viene de manera sentida y sincera siempre es reconfortante.
Una sorpresa. Juve luce el cabello pintado. Con gesto compugnido "Mi mamá insistió, para ocultar las canas" (jajajajajaja) "Lo siento, dije, no pude evitarlo"
El clima ha mejorado mucho en Mexicópolis, las tardes vuelven a ser templadas, incluso un poquito cálidas.
Salimos y caminamos rumbo al cuartel del Sangrons de Balbuena. Todavía era el último jalón así que el caos seguía en la ciudad.
"¿No te pintarías las canas?" me preguntó.
"No"
De alguna manera son la memoria de mis años, Alejandro ha vivido y esos delgados hilos blancos lo aseveran.
No los ocultaria. Me sentiría falso. Sería como negar todas y cada una de las historias que han teñido mis cabellos de ese color.
A mi no me averguenzan, antes bien me siento orgulloso pk ellas me justifican.
Cada una de ellas representa, intentos, arriesgues, alegrías, tristezas, fracasos, logros, tantas cosas que hoy conforman a Alejandro.
Mis canas me han costado, no han sido gratuitas, y ahí están, formando parte de mí.
Las asumo de la misma manera que asumo mis años.
Y puedo presumir que a pesar de tener ya algunos cabellos blancos, todavía conservo el asombro de un niño, todavía tengo valor para arriesgar, todavía sigo aprendiendo y defendiendo las cosas en las que creo, que no he renunciado a ser distinto, al contrario, hoy más que nunca lo aprecio y lo reconozco. Que todavía no aprendo a mentir y me gustan los crepúsculos y las bicicletas y el cine y la música y como nunca antes amo mi vocación; ser escritor, tener el privilegio de poseer el don de la creación y no haberlo vendido por un puesto mediocre pero productivo.
Que si me llego a morir de hambre me moriré como lo que quise ser, como lo que una vez hace mucho tiempo un niño sonó ser: Poeta.
Dos cosas me han quitado mis canas: El miedo y el egoísmo.
Ahora sé que el ser generoso es una manera de dejarle algo a alguien para no morirte del todo cuando te vayas.
Ahora sé que el miedo sólo provoca arrepentimiento y pérdidas irrecuperables de momentos, de vivencias, de amor.
No, nunca me pintaría mis canas, son los hilos con que la vida me ha cosido las heridas, son delgados trofeos que han salido de las muchas cicatrices que tiene mi corazón.

Alfredo Alejandro Parra


lunes, 24 de diciembre de 2012

Una más



Cada año, en estas fechas, Carlos Trápaga, el último gran director de ESTO, me pedía para "LA HOJA DE PARRA" algo especial. Hoy después de dos años de silencio retomo la propuesta. Vaya pues como un pequeño regalo de lo más honesto y verdadero que tengo y me conforma. Y gracias amigos, por tener la suerte de compartir este trecho de vida conmigo.

UNA MÁS

Es cierto.
Ha habido de cualquier color, tono y circunstancias.
De color magenta, intensas, felices y pletóricas de sonrisas.
De tono amargo, desesperanzado, demasiado frías.
Con circunstancias inesperadas, con regalos sorpresivos.
Las navidades como el amor, la vida, las personas,
nunca son iguales, siempre han de cambiar.
Pero al igual que todo ello, nunca dejan de sorprendernos.
Tal vez nos sentimos un poco más buenos.
Tal vez la tristeza nos duele en forma diferente.
Tal vez el desencanto no nos sabe tan amargo.
En esta noche especial -lo es de cualquier manera-
alcemos la copa por nuestra suerte
-cualquiera que haya sido, sea y será-
y dejémonos embriagar por todas las emociones
al fin y al cabo eso es la vida: sentir.
Abracen con el alma, y agradezcan 
poder compartir con amores honestos.
Y por favor, a la hora de mayor euforía,
de mayor comunión, de corazón abierto,
un pequeño deseo, un pensamiento,
para todos aquellos 
que no tienen la fortuna de TENER ESO.

jueves, 15 de marzo de 2012

Reconciliación

Y una mañana te despiertas con cierta satisfacción.
El dolor del abandono se ha destilado 
ahora es un pequeño elixir curativo porque contiene el amor que supiste dar.
No te humillaste.
Cuando se lucha con verdad por un sentimiento, no puede haber humillación.
Ponte de pie y mira de frente. Amaste con verdad, te entregaste, diste.
Jugaste sin miedo a ganar.
Que tuviste errores, defectos? Sí, porque eres humano y el amor no es perfecto.
Fuiste leal con lo que sentías y luchaste por eso hasta lo último.
Te diste en lo mejor. Alegrate, porque sabes hacerlo.
No eres un perdedor,
no puedes serlo porque no perdiste nada,
las mentiras eso son: nada.
Si hubo engaño y traición no fue de parte tuya. Quedaté en paz.
Y ahora levantate,
todavía hay camino, y sonríe,
recuerda que eres un hombre triste con vocación de alegre,
que a pesar de todo el dolor siempre fue honesto consigo mismo
y no tuvo miedo de llegar a sentir todo eso que sintió...

"Sí, ya sé que nos morimos de mujer
pero mañana,
aunque hoy no quiera reconocerlo
la alianza continuará
con otras mujeres
en otros tiempos..."
"La Alianza" (fragmento)

jueves, 1 de marzo de 2012

Luna Regina

A veces, pocas, los sueños se vuelven concretos.
Se tocan, se miran con los ojos, se leen.
Son sueños pequeños, humildes, modestos,
pero no por eso dejan de ser sueños,
con todo lo maravilloso que encierran.
Hoy, si me permiten, no hablaré de futbol,
ni de goles con sabor a cumbia,
ni de entrenadores "tapados"
como a la vieja usanza priísta.
Hoy es un día de sueño cumplido
y no hay muchos de esos, y ahora menos.
Y como yo no creo en los escritores felices
-se ponen patéticos
y no puedo dejar de escribir, ahora menos,
mis pinches historias trágicas, según dice,
la más amada de las mentirosas,
le dejo este espacio a mi cómplice-camarada
de tantos desengaños compartidos:
Luciano Pérez y trascribo, cínico y sin pudor,
su magistral poema "Las Horas"

"En alguna hora feliz para la literatura
Johann Wolfgang Pérez y Friedich Parra
unirán sus fuerzas para fundar una revista
que le dará más vida al panorama cultural
-se quedarán los chiapanecos con la boca abierta-
porque habrá poemas y cuentos    sí
-a veces los poemas no son sino puro cuento-
pero para no aburrir al público
habrá fotos de muchachas encueradas
y me imagino a los voceadores "¡Las horas! ¡Las horas!"
y a los jóvenes de secundaria leyéndola a escondidas
y a las mejores vedettes peleándose por aparecer en ella
y todo el tiraje agotado
y muchos ejemplares en el mercado negro a precio de lujo"


                          Nota: Bueno, la revista de Goethe y Schiller
                                   se llamaba "Las Horas" Nosotros,
                                   para mexicanizarla, podemos
                                   llamarla "Los Oras"

¡Bienvenida, de nuevo, LUNA REGINA! ¡Larga vida!

jueves, 23 de febrero de 2012

Pequeño consejo

 
 Lo valioso será aprender.
Es cierto, todo parece estar mal.
No hay concentración.
No hay suerte.
No hay futbol, mucho menos goles.
Todo parece nebuloso, sin esperanza.
A veces pasa.
Le pedimos a Dios olvido, y Él, incapaz,
te manda al Diablo.
Pero este, socarrón e inepto,
también brilla por su ausencia.
Es la debacle.
Por soberbia, por errores,
por creer lo que nunca fue.
Por lo que quieras
pero estás en el hoyo.
Lo valioso será aprender.
Lo difícil, levantarte.
Pero no hay de otra;
porque esto sigue, ni modo.
El descenso al infierno, a la primera "A",
sigue vigente, amenaza.
No es cosa de darles gusto,
aunque huelas a azufre, según dicen.
A las Chivas, a cualquiera que lo necesite,
un pequeño consejo, recomendación.
Si Dios y el Diablo fallaron,
ve con el Hada escarlata
para que te haga fuerte el corazón.

martes, 21 de febrero de 2012

Carnaval



¡Que baile la alegría!
¡La vida es un carnaval!
Lo saben las Chivas
Lo goza el América.
Lo empatan Pumas y Cruz Azul.
Antes del vía crucis
póngamonos la máscara,
de euforia, de efervecencia,
de chinelo burlón a la tristeza,
y brinquemos, hasta el delirio.
Ya el América ganó.
Ya el Toluca festejó 95 años
resarciendo un poco de orgullo
ante unos confundidos jaguares
metiéndoles tres goles.
Es el carnaval,
la locura, la sonrisa, el baile.
Todo se vale, hasta las lágrimas.
Sí, también las malas palabras,
para que dejen de estar chingando,
ya lo dijo "Tuca" con todo y bigote.
Hoy gocemos sin importar nada.
Ni los ingratos olvidos,
ni los engaños sucios,
ni la falsía de cualquier promesa.
Hoy, al menos por hoy, es carnaval.
Mañana, bueno, mañana,
de nuevo habremos ir a la tiznada.

martes, 14 de febrero de 2012

Los Desamorosos

"¿Por qué no los ves?
¿Es que eres muy grande para ellos?
¿O es que,...Ellos son demasiado grandes para ti?"
Reclamo de Elvis Presley al amor
 
Y es que somos demasiados, somos legión.

Los desamorosos somos futboleros y buenos amantes;

no necesitamos días especiales para ser lo que somos.

Los desamorosos hace mucho perdimos el miedo a la derrota,

amamos al borde de la navaja y con el fracaso al cuello.

Los desamorosos siempre fuimos chivistas

y también supimos que las tontas son las que van al cielo;

las otras, las lagartonas, son las que valen la pena.

Los desamorosos nos sentamos en las bancas del metro

esperando que baje del tren esa mirada que nos alegre la mirada.

Los desamorosos no leemos lo ideal de Sabines,

nos hemos encontrado más cara a cara

con el desencanto y la desmitificación de Bukowski.

Los desamorosos sabemos de la verdadera belleza,

por eso no nos avergüenzan los vientres prominentes,

ni las arrugas que han heredado las batallas sostenidas,

ni las camas destendidas por lo bien usadas.

Los desamorosos somos sangre, no rosas ni chocolates.

Los desamorosos hemos sabido que el amor es redondo

como un balón de futbol y tan impredecible como él.

Los desamorosos no aparecemos en internet

sólo en cartas llenas de besos escritas a mano.

Los desamorosos son leales, honestos, sinceros;

por eso no conviene confiar en ellos.

Son tan inútiles como los poetas y los versos,

y como estos, a Dios gracias, cada vez son menos.

Los desamorosos somos lluvia o sol o días nublados,

nada que merezca la atención de los amorosos.

Los desamorosos estamos solos, muy solos,

sobreviviendo con trampas y sin besos nocturnos.

Nuestro estigma lo ha decidido así.

Los desamorosos somos demasiados, somos legión,

pero pocos lo saben y menos, muchos menos, lo aceptan...